La "Liturgia" en los Padres del Sínodo «La Nueva Evangelización para la transmisión de la Fe Cristiana» (II)

15.10.2012

- S. Em. R. Card. Josip BOZANIĆ, Arzobispo de Zagreb (CROACIA)

En la historia reciente de la Iglesia en Europa, pero también en todas partes , existen testimonios y experiencias de este martirio elevados también a iconos de santidad: y la memoria litúrgica que la Iglesia celebra con veneración, es el signo perenne de que el martirio es siempre la forma más explícita y convincente de transmisión de la fe.

- S. E. R. Mons. Francis Xavier Kriengsak KOVITHAVANIJ, Arzobispo de Bangkok (TAILANDIA)

La Conferencia de Obispos Católicos de Tailandia opina que es necesario que todos los Obispos, sacerdotes, hombres y mujeres religiosos y laicos sean reavivados de forma concreta en la fe y la vida cristiana con el objetivo de “Ser discípulos y compartir la Buena Nueva” en referencia a la enseñanza de la Iglesia, la liturgia, la vida de oración, la formación continua, usando los medios “BEC” (Basic Ecclesial Communities - Comunidades Eclesiales de Base), a través de la coordinación de varias entidades católicas y las comisiones de la Conferencia de Obispos Católicos, sobre todo la Comisión Episcopal para el Cuidado Pastoral de los Cristianos. La comunidad parroquial hará posible que las BEC sean un signo de vida activa de la parroquia, que será una nueva comunidad, una “comunidad de comunidades”, basada en la cultura del amor y, también, un buen acceso para el cuidado pastoral y la misión “ad gentes”.

- S. E. R. Mons. Jean-Baptiste TIAMA, Obispo de Sikasso, Presidente de la Conferencia Episcopal (MALÍ)

Este es el contexto en el cual la Iglesia prosigue la nueva evangelización, entendida como el arraigo de la fe de los fieles y el paso del testigo de la Misión entre misioneros extranjeros y pastores autóctonos. Desde 1988, celebración del centenario de la presencia de los misioneros, la Iglesia se esfuerza por ayudar a hacerse cargo de ellos material y humanamente, para la formación de pastores locales y de animadores de comunidades, la elaboración de documentos de catequesis, la inculturación de la liturgia, para reforzar los conocimientos de la primera evangelización.

- S. E. R. Mons. William SLATTERY, O.F.M., Arzobispo de Pretoria, Ordinario Militar para el Sudáfrica (SUDÁFRICA)

En las actuales estructuras de la Iglesia y a causa de la importancia de la liturgia y la comunidad parroquial, muchas cosas dependen de los sacerdotes (Instrumentum Laboris nº 81-89). Con tan pocos formadores cualificados en numerosos seminarios, ¿los seminaristas viven un encuentro personal con el Señor? ¿Y quiénes disciernen?

- S. E. R. Mons. Virgil BERCEA, Obispo de Oradea Mare, Gran Varadino de los Rumanos (RUMANIA)

Se viven nuevos retos para los que a menudo no estamos preparados; un mundo lleno de nuevos ídolos ante los cuales el hombre de hoy se inclina: espacios como clubs o supermercados abarrotados, respecto a la frecuencia de la práctica litúrgica. Nuevos templos que exaltan una manera distinta de vivir, paralela completamente a la propuesta por la Iglesia. Sensaciones fuertes y rápidas, experiencias intensas: esto es lo que buscan los jóvenes de hoy, y no sólo ellos.

- S. E. R. Mons. Sanctus Lino WANOK, Obispo de Nebbi (UGANDA)

Existe una creciente tendencia por parte de muchachos y de jóvenes adultos a participar en la liturgia eucarística del domingo, pero sucesivamente van a escuchar a los predicadores evangélicos en sus reuniones, en la radio o en la televisión, explicándolo con el hecho de que nuestra liturgia no expresa de forma adecuada la Palabra de Dios. Los fieles desean ardientemente predicadores y formadores que les presenten la Palabra de Dios como la voz de Cristo que les habla a ellos y a su condición de vida.

- S. E. R. Mons. Franz-Josef Hermann BODE, Obispo de Osnabrück (ALEMANIA)

Del mismo modo, la cultura, la estética, la música y la literatura son importantes en una pastoral actual viva. Por eso reforzamos la preparación de los catequistas voluntarios y el juego de equipo entre todos los servicios de los bautizados, los confirmados, los encargados, los enviados y los consagrados. Con este fin sería conveniente ampliar las posibilidades de encomendar a hombres y mujeres algunas tareas de responsabilidad en la liturgia, la catequesis y el diaconato.

- S. E. R. Mons. Emmanuel Adetoyese BADEJO, Obispo de Oyo (NIGERIA)

Reflexionando sobre el Instrumentum laboris (92-95), creo que la Iglesia necesita explorar la posibilidad de transformar la celebración de los sacramentos en un momento más eficaz para hacer que la fe pueda atraer a los no cristianos al catecismo y al compromiso. Esto se puede hacer si seguimos actualizando las homilías y los ritos sacramentales mediante formas de arte, lenguaje, idiomas e imágenes más interesantes que puedan comunicar mejor su poder y su significado.

La capacidad de atracción de las liturgias multimedia, solemnes aunque exuberantes, puede hacer que el descontento del hombre moderno se concentre en la acción del Espíritu Santo para que lo fortalezca frente al consumismo, la corrupción, el materialismo y el relativismo y así hacer de él un testigo del Evangelio (Instrumentum laboris 119, 123). La nueva evangelización podría explotar este modelo que África tiene tanto en cuenta en su liturgia.

16.10.2012

- S. E. R. Mons. Geraldo LYRIO ROCHA, Arzobispo de Mariana (BRASIL)

La Nueva Evangelización debe llevar a las personas a la experiencia profunda del encuentro con Jesucristo vivo. La Sagrada Liturgia es uno de los lugares privilegiados de este encuentro (cfr. Ecclesia in America, n. 12). El encuentro personal con el Señor se produce especialmente en la celebración de la Eucaristía (cfr. Instrumentum laboris, nn. 18-19). Por consiguiente, las celebraciones litúrgicas tienen el deber sagrado de hacer posible que se sienta, experimente y viva intensamente a Jesús, Palabra del Padre, que por su Espíritu está entre nosotros (cfr. Sacramentum Caritatis 14). La Iglesia cree de la misma manera que reza: Lex orandi lex credendi. La liturgia, por medio de los ritos y las oraciones, nos da y nos transmite el contenido de la fe (S C 48). La Liturgia es fuente y lugar de evangelización, pues en ella Dios habla a su pueblo y Cristo anuncia su Evangelio (cfr. SC 33). Puesto que la Liturgia es el lugar especial de la presencia del Evangelio vivo y, por tanto, el lugar privilegiado de la educación de la fe, o también “la santa mistagogía permanente de la Iglesia”, ello debe aparecer en la forma en la que es celebrada. La belleza cautivadora y contagiosa del misterio escondido en los ritos y los símbolos se deben poder expresar con toda su fuerza para que la Liturgia sea realmente evangelizadora. La nueva evangelización depende, pues, en gran medida de la capacidad para hacer de la liturgia la fuente de la vida espiritual. Probablemente nuestra tarea más exigente y el reto mayor sea conseguir que nuestras celebraciones litúrgicas sean cada vez más bellas y transparentes de la divina belleza, un momento importante de experiencia de Dios, de un Dios vivo y verdadero, fuente de una nueva y renovadora fuerza que dé al cristiano alegría y esperanza, para vivir de Cristo y en el amor del Señor.

La conciencia del carácter sacramental de la Liturgia es, por tanto, sumamente importante en la Nueva Evangelización. Ella nos educa en la fe precisamente “mediante signos sensibles”. De aquí la necesidad de tomar conciencia de la importancia del ars celebrandi como la mejor evangelización, como nos enseña el Papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis (nn. 38-65). La Liturgia debe contribuir, a su manera, a la tarea de la nueva evangelización: “La Liturgia anuncia la Buena Nueva celebrándola” (cfr. SC 33).

- S. E. R. Mons. Ignatius SUHARYO HARDJOATMODJO, Arzobispo de Jakarta, Ordinario Militar para Indonesia (INDONESIA)

Me gustaría contarles una sencilla experiencia que tuve durante mi visita a una parroquia donde me reuní con un catequista local. Le pregunté: “¿Cuántos catecúmenos tiene?”. Me sorprendí al oír que tenía más de noventa. Eran muchos. Le pregunté entonces: “¿A sus catecúmenos, les ha preguntado alguna vez porque desean ser bautizados en la Iglesia Católica?”. Me respondió: “Muchos dicen que se conmueven por el modo cómo los católicos rezan durante los eventos público como bodas o funerales”. Las oraciones conmueven tanto sus corazones porque en esas ocasiones las invocaciones y bendiciones se dicen en su lengua madre, por lo que entienden su significado, mientras antes oían las oraciones en una lengua extranjera, porque los musulmanes rezan en árabe.

La actividad evangelizadora de la Iglesia es, como sabemos todos, un acto de comunicación que incluye dos componentes básicos, a saber: la comunicación del contenido o del mensaje - la revelación de Dios y la fe en Jesucristo - y el medio de comunicarlo - los medios y la lengua - en el contexto de una comunidad de fe. En lo que se refiere a la lengua, traducir un texto litúrgico de un idioma a otro, y esto vale para cualquier otro tipo de texto, nos lleva a enfrentarnos a veces a retos delicados o incluso a problemas. Por un lado tenemos la exigencia de una traducción literal. Por otro, todos entendemos que una traducción literal no siempre es posible, debido a la diversidad y complejidad de las lenguas. Por ejemplo, cuando un sacerdote se dirige a la gente: “Dominus vobiscum”, y la gente debe responder “Et cum spiritu tuo”, la palabra “spiritus” se traduce “roh” en nuestro idioma, lo que podría evocar la idea de un “espíritu maligo”, por lo que “et cum spiritus tuo” significaría para algunas comunidades “con tu espíritu maligno”.

Mi deseo, espero no ser el único, es que la traducción de los textos litúrgicos no deba ser siempre literal, pues hay que tomar seriamente en cuenta la diversidad del origen cultural. ¿Podría aplicarse el principio de subsidariedad a la tarea de traducción, incluso en otras áreas de la vida de la Iglesia local, siendo la subsidariedad el espíritu del Vaticano II?. De este modo mantenemos nuestra “fidelidad a un mensaje del que somos servidores, y a las personas a las que hemos de transmitirlo” (EN, 4). En especial con respecto a los jóvenes, que viven inmersos en una cultura dominada por los medios de comunicación, la Iglesia debe esforzarse por transmitir su mensaje en un idioma que conmueva sus a corazones.

De este modo, la Iglesia local será cada vez más comunicativa y expresiva y, en consecuencia, la fe de la gente recibirá más energía y tendrá una mayor importancia en sus vidas y en su compromiso católico con la Iglesia y en el mundo.

- S. E. R. Mons. Franz-Peter TEBARTZ-VAN ELST, Obispo de Limburg (ALEMANIA)

El número 92 del Instrumento de trabajo, refiriéndose a Evangelii nuntiandi, recuerda que la evangelización es un proceso compuesto por fases y niveles. El catecumenado de la Iglesia primitiva es un ejemplo de ello. En Alemania, así como en otros países, desde hace casi veinte años observamos que el catecumenado se ha convertido en uno de los grandes frutos del concilio. Gracias a la práctica renovada del catecumenado, tres circunstancias han inspirado la búsqueda de una nueva evangelización: la vías de la fe necesitan contenidos de fe. Nace de esta manera un examen de la fe que modela una identidad de la fe. Por ello, biografía y mensaje no se oponen entre sí; en la fe, de hecho, se trata de aprender una vida que sea digna y capaz de existir siempre. La liturgia no es obra del hombre o frenesí creativo. La liturgia catecumenal les hace comprender, tanto a aquellos que piden ser bautizados como a los que ya lo han sido, que la vocación de la persona a la fe es iniciativa y obra de Dios. Una liturgia que refleje esto se convierte en una escuela de catequesis. Es la vocación de los individuos la que lleva a la comunidad a la segunda conversión, es decir, a una nueva evangelización.

- S. Em. R. Card. Angelo BAGNASCO, Arzobispo de Génova, Presidente de la Conferencia Episcopal (ITALIA)

La evangelización tiene un carácter profético; ésta se realiza - como toda “la economía de la Revelación” - con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí (cfr. DV 2). El profeta es aquel que lee las circunstancias y los acontecimientos con la mirada de Dios: capta en ello la verdad sobre Él y, por tanto, ve su orientación interna, podríamos decir, el resultado. Pero el profeta es también aquel que anticipa de forma simbólica el camino de la historia. Bajo este horizonte, la vida de la comunidad cristiana, el servicio ramificado y el testimonio de la caridad, la divina liturgia, el anuncio del Evangelio,... tienen un carácter profético, porque hacen encontrar realmente la humanidad nueva que Jesús inició con su sacrificio, o porque anuncian explícitamente las palabras de la revelación que salva, o porque desenmascaran el espíritu de mentira que inspira ideas y comportamientos que conducen no a la felicidad, si no a desiertos tristes e inhumanos. Por esta razón, el juicio que a veces se lee, según el cual en la Iglesia faltaría la profecía, es injustificado. Cristo ha de ser anunciado completamente, en su Persona y en sus implicaciones antropológicas, éticas y sociales. Sin esto, la fe permanecería emotiva e irrelevante para la vida concreta.

- S. E. R. Mons. Stanislav LIPOVŠEK, Obispo de Celje (ESLOVENIA)

Me refiero al Instrumento de Trabajo n. 138, donde está escrito que se debe ayudar a las comunidades cristianas locales, comenzando por las parroquias, a adoptar un estilo más misionero de presencia dentro del tejido local.

En la Iglesia de Eslovenia este estilo misionero de las parroquias se ha favorecido durante todo el período del postconcilio, cuando hemos tratado de dar vida a diversas indicaciones y líneas pastorales de los documentos pastorales conciliares y postconciliares. A nivel de las diócesis y también a nivel nacional se han preparado diferentes “foros pastorales” para fomentar la vida cristiana en las parroquias, siempre en las dimensiones principales de la misión salvífica de la Iglesia, que se lleva a cabo a través de la evangelización, de la liturgia y de la diaconía.

- S. E. SILUAN [Şpan], Obispo de la Diócesis Ortodoxa Rumana en Italia (ITALIA)

La proclamación del Evangelio a través de la Liturgia y la Caridad
Mensaje de Su Beatitud Daniel, Patriarca de Rumanía

El tema de la XIII Asamblea del Sínodo de los Obispos Católicos de todo el mundo sobre la Evangelización atañe a todos los que llevan el nombre de Cristo (cfr. Hechos de los Apóstoles 2,38), ya que la evangelización y la transmisión de la fe constituyen al mismo tiempo una vocación y un deber para la Iglesia y para cada cristiano individualmente.

El mundo secularizado y descristianizado en el que vivimos hoy necesita apóstoles o misioneros, como fueron los Apóstoles de Cristo Señor y los Santos Padres de la Iglesia. Hoy, de nuevo, los primeros en ser llamados a cultivar intensamente el celo apostólico para la evangelización somos nosotros, los obispos de la Iglesia de Cristo, junto con todo el clero y todos los laicos creyentes.

Una vida litúrgica profunda es la fuente principal para la renovación del compromiso de evangelización. La Santa y Divina Liturgia eucarística es fuente de luz para proclamar su amor caritativo y para promover la obra de caridad de la Iglesia.

En otras palabras, la vida espiritual debe ser la fuente principal de la acción social, con objeto de que no se reduzca a una ética humanista secularizada. De manera especial, las familias cristianas, las parroquias y los monasterios que rezan intensamente, y al mismo tiempo realizan obras de caridad, son fuentes de esperanza y de renovación para la evangelización. Si el sufrimiento, la pobreza, la soledad y la injusticia social son a menudo fuentes de desesperación y violencia, la oración personal o comunitaria y la acción social cristiana son fuentes de esperanza, de paz, de solidaridad y de santidad. La santidad es verdaderamente el antídoto contra la secularización.

Creemos, por tanto, que el vínculo permanente entre la Liturgia y la Caridad, rasgo fundamental de la santa tradición apostólica, es de gran ayuda para la evangelización de nuestra generación contemporánea, especialmente con el uso de instrumentos de catequesis, pastoral y misionera, adecuados a los tiempos de hoy.

Deseamos que Vuestra Santidad, Vuestras Eminencias y Excelencias, así como todos los participantes en los trabajos de este Sínodo, reciban una abundante ayuda del Señor Jesucristo para la nueva labor de evangelización de la sociedad humana de hoy.

Con profunda estima y amor en Cristo Señor.

INTERVENCIÓN DEL INVITADO ESPECIAL, FR. ALOIS, PRIOR DE LA COMUNIDAD ECUMÉNICA DE TAIZÉ (FRANCIA)

La búsqueda de una relación personal con Dios, a través de la belleza de los cantos, el silencio, la sencillez de la liturgia, está en el centro de estos encuentros. Este ecumenismo de la oración no fomenta una tolerancia superficial. Favorece una escucha mutua exigente y un verdadero diálogo.