Martes II de Cuaresma - Estación en Santa Balbina, en el Aventino

Esta antiquísima iglesia, aunque el “Titulus Sanctae Balbinae” solo aparece en tiempos de San Gregorio Magno con el Sínodo del 595, es identificada con el más antiguo “Titulus Tigridae” construida junto a la casa que el Emperador Septimio Severo (193-211) donó a su amigo L. Fabio Cilone, dos veces Cónsul y Prefecto de Roma. La datación está garantizada por los ladrillos sellados encontrados en las excavaciones.

Aquí se recuerda que la noble matrona Balbina, hija del Mártir Quirino, quiso transformar su casa en el título "del Salvatore". En el interior del templo se conserva el sepulcro cosmatesco del Cardenal Surdi, la cátedra marmórea del Ábside y el bajorrelieve de Mino da Fiesoli, que representa al Crucificado entre María y Juan.

En 1925 esta iglesia fue restaurada volviendo así a su estilo antiguo, gracias al Profesor A. Munoz. Aquí se lleva a cabo una de las poquísimas "estaciones" donde se consiente la procesión externa utilizando, para esta reunión o colecta, el monasterio de los religiosos Premostratenses colocado en la parte superior, desde donde es posible descender a la iglesia recorriendo una antigua y pequeña vía, que parecería el nexo de unión entre la vida de todos los días, más mesquina, y la vida del espíritu.

(Traducción del original italiano: Salvador Aguilera López)